Un noviembre de principios de la década pasada, allá lejos del presente -ya sea en espacio y tiempo- recibían una nueva vida en un Hospital del Chaco. Pero la historia no comienza allí.
Todo empieza el día en el que una mujer sintió que estaba embarazada (dicen que es algo que se siente, ¿será tan así? por ahora no lo puedo afirmar, lo diré cuando pase por ese estado). Sentía que algo dentro suyo estaba creciendo.
Todo lindo..hasta que fue a un control con el ecografista, ese día todo se derrumbo para ella y su esposo. El panorama era devastador, lo que ella tenía dentro suyo no era más que un "huevo muerto y retenido", sisi, así como se lee, tan frío como la muerte. El tan ansiado momento, de un minuto al otro, se había esfumado.
Pero la esperanza todo lo puede, dicen, y parece que es así. Porque esta pareja no se resigno a quedarse con esa única palabra. Y muy bien hicieron en no quedarse de brazos cruzados; visitaron cuanto medico se les cruzó... y fue así como descubrieron que el aparato de las ecografías de aquel médico no funcionaba, o el médico era un tarado total que no tenía noción del daño que causó en estas personas por su ineficaz material de trabajo, ya no sabían que pensar. Pero de lo que estaban seguros era de que ese bebé estaba creciendo como cualquier otro que se encontrara en un vientre.
Así fue como se pasaron 6 meses.. meses de reposo, de cuidados intensivos, de total estado de alerta por cualquier cambio que se pudiera producir. Pero con tan sólo 6 meses de gestación, y en uno de los tantos controles, se decidió que ese bebé debía nacer. El líquido amniótico no llegaba como debía, el cordón umbilical estaba enrollandolo, no era el "lugar" más seguro para que siguiera desarrollándose.
Como faltaban meses para que estuviera listo para ser dado a luz, al momento de la cesárea la madre no pudo ver su bebé ya que ni bien se lo "extrajeron" tuvieron que llevárselo a control. Dicen que estaba morado por la presión que el cordón había ejercido... pero eso es lo mínimo, de eso pasamos a que: los pulmones, los intestinos, y vaya a saber quién qué otros órganos no estaban desarrollados como debían. El peso era de 1,750 kg( "era un paquete de yerba" como diría luego la familia). Cabía en una sola mano, los pañales eran enormes, parecía tan frágil y a la vez tan fuerte por soportar tantas cosas con tan sólo semanas de vida.
Diariamente debían sacarle sangre para controlarlo, del brazo ya no salía nada, entonces probaron con la cabeza, los talones, los deditos... Los tubos para la respiración, las luces para que adquiriera color, y sus pañales era todo lo que rodeaba a ese bebé ya que en la incubadora no se permitía nada más. Era tan delicada su situación que cualquier microbio/virus podría infectarlo y causar estragos.
Los padres sólo podían acercarse al bebé introduciendo sus manos através de dos huecos que se encontraban en la incubadora- aunque de vez en cuando, y según la enfermera de turno, podían alzarlo por un ratito- .
Con este panorama ese bebé fue adquiriendo peso, sus órganos que habían estado inmaduros, fueron madurando. Su situación ya dejaba de ser delicada.
Cierto día, luego de semanas en esa incubadora, y con un peso relativamente "normal" (tan sólo 2 kg.), los médicos decidieron que esos padres podían llevar el bebé a su casa.
Desde ese momento comienza una vida "normal" como cualquier otro bebé que nace, es agarrado en brazos por su familia, y es llevado a su casa...Como cualquier otro bebé que no tuvo que estar en incubadora, que no tuvo que ser pinchado diariamente, que no tuvo que soportar los tubos.
Es así como hoy luego de casi 20 años de ese momento, ese bebé soy yo. Orgullosa por tener como uno de mis nombres el de "Milagros", haciendo referencia a todo aquello que superé, sobre todo ese primer momento en el que un médico idiota me había dado por muerta.
Hoy puedo mostrar las marcas en mis dedos y mi talón de esos pinchazos (lo único que me hace caer en aquello que había pasado), éstas representan la fortaleza que tuve sin siquiera tener conciencia de lo que me estaba pasando. Todo aquello que pasé, y por lo que mi familia sufrió.
Pero eso quedó atrás, hoy soy una más. No tengo que controlarme por nada, no hay más riesgos de infecciones por contacto con virus/bacterias. Puedo hacer lo que se me plazca. Y todo ello porque mi familia luchó por mi, porque sus ganas de tenerme en sus vidas fue mayor que cualquier obstáculo que se presentó.
Por el amor inmenso que me tuvieron y demostraron desde ese día que mamá sintió que algo crecía dentro suyo, es que estoy acá y puedo contar ésta, mi historia...
ahy no lo leii toodoo me encanto casi lloro U.U te queiro magaaa!!!
ResponderEliminarSs la mejor de todas primaaa! teamo! no hay palabras amo lo q escribis! qierooo ver lo de AVES DE PASO. estoy siempreeeeeeeeeeeeee, Sofii
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